A pesar de su intenso programa, aceptó compartir una cena con las dos comunidades de Roma. Todo en un ambiente convivial y fraterno. Nos llamó la atención su sencillez, su alegría de vivir y su amor a Emilie de Villeneuve.
Maria Luiza aprovechó para entregarle las reliquias autentificadas de Nuestra Buena Madre Emilie que se pondrán en el
altar de las iglesias de Sanghé y de Pout (diócesis de Thiès)
Antes de separarnos, agradeció a las hermanas de la Inmaculada Concepción por su compromiso misionero en el seno de su Diócesis.
Que el Espíritu de Jesús Salvador le ilumine en su misión apostólica por intercesión de la Beata Emilie.