Adiós, Françoise

Queridas hermanas:

 

En el gozo de la semana pascual, el Señor, como a Magdalena, ha querido mostrar toda su gloria de Resucitado a Françoise. Después de este tiempo de sufrimiento y de noche ahora ya goza plenamente de la Pascua eterna.

 

Ayer noche, silenciosamente, como una vela que se va apagando, nos dejó pero su presencia y recuerdo siguen vivos a través de todo lo que a lo largo de sus 86 años, ha dejado a la Congregación. Muy querida por todas agradecemos profundamente al Señor los dones que a través de ella todas hemos recibido.

 

Gracias Françoise, de tu vida cercana, disponible y generosa, estamos seguras de que ya gozas junto a Emilie y a todas las hermanas que nos han precedido, de la vida plena.

 

Françoise Pernot nació en Orleans el 3 de julio de 1926

Falleció en Castres el 10 de abril de 2012

 

Vuestras hermanas del Gobierno General y de la Provincia de Europa

Un poco antes de las diez, esta mañana del 13 de abril, la Casa Madre rebosa Vida. Hermanas de Europa, de África, familias, amigos… llegan de todas partes y se añaden a las ejercitantes ya presentes desde hace unos días.

Sí, la Casa está llena de Vida, porque todos han venido para rodear por última vez a la hermana Françoise; incluso si nuestro corazón está triste, en cuanto entramos en el cuarto de los recuerdos donde está expuesto el cuerpo de nuestra hermana, en la acción de gracias vamos pasando la película de lo que ha sido para nosotras durante toda su vida de hermana azul, una vida que ha animado y que ha transmitido y que hoy, desprende paz y serenidad más allá de un rostro inanimado.

En efecto, hemos venido a celebrar la Vida, esta Vida que ha amado, que ha atravesado con una Fe exigente y tenaz y de la que vive ahora en plenitud, frente a su Señor, de Emilie y de todas las hermanas que nos han precedido…

Su cuerpo descansa en esta habitación donde todo evoca Emilie… personalmente, este momento pasado a su lado con otras hermanas, me ha hecho vivir un tiempo fuerte de Congregación porque una misma oración nos reunía alrededor de ella a través los continentes que convergen en la casa madre. ¿No es ya el mensaje que nos permite vivir?

Antes de cerrar el ataúd, momento siempre emocionante, rezamos juntas :

« Seigneur, nous tournons vers toi notre regard, à l’heure où disparaît ce visage qui nous est cher. Accorde-lui de te voir face à face et affermis notre espérance de le revoir auprès de toi, pour les siècles des siècles.

-   Accorde-lui, Seigneur, l’éternel repos

-   Et que brille a ses yeux la lumière sans déclin.

Suivent quelques invocations :

-   Après la joie et l’amour qui ont illuminé sa vie,

R/ Accorde-lui, Seigneur de contempler ton visage.

-   Après les peines et les larmes qui ont obscurci ses yeux,

R/ Accorde-lui, Seigneur de contempler ton visage.

-   Après le péché qui a terni son regard,

R/ Accorde-lui, Seigneur, de contempler ton visage.

-   Elle a cru en toi sans jamais t’avoir vu,

R/ Accorde-lui, Seigneur de contempler ton visage

Seigneur Jésus, tu veux prendre avec toi ceux que le Père t’a donnés. Conduis notre sœur jusqu’à sa demeure éternelle. Elle quitte la maison qui lui était chère, accueille-la parmi ceux que tu fais vivre auprès de toi. Et nous qui restons ici bas, donne-nous la force de faire de notre vie une marche vers toi qui es vivant, avec le Père et le Saint Esprit, pour les siècles des siècles.

Después, vamos a la capilla que se llena más allá de su capacidad. En el presbiterio ocho sacerdotes, de los cuales dos Benedictinos d’En Calcat nos acogen, celebra el padre Négrier.

Algunos miembros de la familia de Villeneuve están presentes. Hna. Nuria que acaba de llegar de Argentina, está con nosotras. Nos dirige la palabra con mucha emoción.

Han venido muchos antiguos profesores.

Algunas hermanas y laicos de la Residencia también están. Julita toca el órgano.

La Virgen de la capilla que Françoise ha contemplado y rezado a menudo está muy iluminada. Nos acoge y más que nunca su mano parece dirigirse hacia el ataúd colocado en el centro de la capilla. « ¡He aquí aquella que mi corazón ama! »

Se han designado algunas hermanas para animar los cantos, otras para representar algunos gestos significativos como el de poner la Luz sobre el ataúd como recuerdo del bautismo, la Cruz de profesión y las Constituciones, signos de su compromiso y de su fidelidad.

Estos gestos se articulan con las palabras de que pronuncia Nuria al inicio de la celebración.

« Françoise nos convoca para decirnos que se ha ido vivir la octava de Pascua con Cristo resucitado, con María, Emilie y todas las hermanas…

            Nos deja la herencia de una vida consagrada al servicio de la vida, de la Iglesia y de la humanidad.

Nos deja la herencia de una comunicación al servicio de la comunión en la congregación.

Nos deja también la herencia « del manantial » para que podamos seguir bebiendo y mostrar el camino a las más jóvenes para que saboreen el agua viva que es don de Jesús Salvador.

En esta Eucaristía, queremos decirte GRACIAS, Françoise ;   has amado a la Congregación, la has hecho amar, te gas entregado a ella cuerpo y alma.

Has sido una biblioteca abierta y viva donde hemos acudido siempre, donde hemos podido sacar aquello que necesitábamos. Siempre disponible a un servicio enguanto s ellamaba a la puerta. Que alegría de ver, en Roma, el amor que tenías con las hermanas para hacerles amar y conocer la congregación.

Hoy, queremos juntas, como te gustaba vernos, darte las GRACIAS en esta Eucaristía por todo, por la riqueza que nos has dejado y por el amor con el que has redactado la historia de la congregación.

 

Has formado generaciones de alumnas en Toulouse y en castres y a muchos hermanas y laicos.. has sido para todos una escuela de formación.

Te encontraremos a faltar en esta tierra, pero desde allá arriba estarás aun más cerca de nosotras, continuarás ayudándonos, a trabajar por la congregación que tanto has servido con amor, pasión y competencia.

En esta tierra de Castres, tierra universal de la congregación, alegrémonos sabiendo que Françoise, vive ahora en la paz y la alegría de Jesús Resucitado.

   « Baptisés dans la Lumière de Jésus, tu renais avec Lui du tombeau…pour que s’éclaire chacune de tes nuits, Dieu te prend aujourd’hui par la main : tu es son enfant bien-aimée »…chantons-nous en ce début de l’Eucharistie. 

Françoise de Villeneuve qui a été très proche de notre sœur est choisie pour faire la lecture suivie par le chant du psaume : qui habitera dans ta maison Seigneur ? Celui qui ne se lasse pas de tendre la main aux fatigués…Celui qui ne s’arrête que pour ranimer son élan, et ne dort qu’aux fatigues de son corps !...

Ces mots rejoignent très fortement ce que fut la vie de Sœur Françoise ; nous en sommes tous témoins !

Après l’homélie du Père Négrier qui sut très bien décrire la personnalité et l’action de Sœur Françoise avec des mots simples et vrais, touchants et en même temps percutants, suit la prière universelle qui nous invite à rejoindre ce monde qu’elle a elle-même parcouru durant tant d’années !

Chaque intention de prière est rythmée par la reprise du refrain :

« Dieu seul dans le temps, Dieu seul dans l’éternité. »

* Nous te rendons grâces, Seigneur, pour ton Eglise, qui a accueilli sœur Françoise à son             baptême.

            Donne-nous de vivre fidèlement enracinés dans l’amour trinitaire, source de tout élan missionnaire.

* Nous te rendons grâces, Seigneur, pour ton action dans le cœur de sœur Françoise.

            Donne-nous d’œuvrer, comme elle, à faire grandir notre unité dans le respect des diversités.

* Nous te rendons grâces, Seigneur, d’avoir accompagné sœur Françoise à travers le monde.

            Donne-nous de la suivre… à la suite d’Emilie, vivant le charisme qu’elle nous a laissé, répondant toujours à la voix des pauvres qui nous appellent.

* Nous te rendons grâces, Seigneur, d’avoir soutenu sœur Françoise dans l’usage intense des moyens de communication.

            Donne-nous de nous en servir comme elle, pour tisser des liens fraternels et nous entraider, sans craindre les distances ni les problèmes linguistiques.

  Antes de salir de la capilla entonamos un vibrante MAGNIFICAT. Es un momento en que, por última vez (al menos para quienes no pueden acompañarla hasta el cementerio) damos gracias juntos por la Vida de Françoise, por el don que ha hecho de ella, un don total hasta el extremo de sus fuerzas. Gracias, Françoise por el ejemplo de una vida totalmente habitada por Dios, animada por el evangelio y el espíritu de Emilie, una vida transmitida con convicción para que demos cuerpo a la congregación que tanto ha amado.

Somos numerosos los que vamos al cementerio. El cielo llora discretamente con nosotros. ¡Jesús lloró sobre su amigo Lázaro!

Antes de poner el ataúd en la tumba abierta donde descansan ya tantas hermanas azules conocidas y amadas, hacemos un último gesto fraterno y de fe, un signo de cruz con agua bendita. Ya sólo vemos la Cruz sobre el ataúd con esta inscripción:

Sœur Hildegarde

Françoise Pernot

1926 – 2012

En este momento es todo lo que vemos de ella, pero en nuestro corazón es una historia íntima cada una podrá guardar, releer y seguir haciéndola vivir hasta el día del encuentro.

Rezamos juntas en este lugar donde tantos hombres y mujeres vienen a recogerse ante la tumba de un ser querido. Antes permanecemos en silencio dejando que nuestros corazones se reúnan alrededor de Françoise que ya ha encontrado a Dios.

« Rappelons-nous les paroles de Jésus à la sœur de son ami Lazare qui venait de mourir : « je suis la Résurrection et la Vie ; celui qui croit en moi, même s’il meurt, vivra. »

Confions au Seigneur celle qui nous a quittés :

- Seigneur Jésus, toi qui a pleuré ton ami Lazare, au tombeau, essuie nos larmes, nous t’en prions. R/ Donne-lui, Seigneur le repos éternel.

- Toi qui a fait revivre les mort, accorde la vie éternelle à notre Sœur, nous t’en prions…

- Tu as sanctifié Sœur Françoise dans l’eau du baptême, donne-lui en plénitude la vie des enfants de Dieu, nous t’en prions…

- Tu l’as nourrie de ton Corps, reçois-là à la table de ton Royaume, nous t’en prions…

- Tu l’as soutenue tout au long de sa vie dans le don total d’elle-même à ton service : par son intercession et celle de notre Mère Emilie de Villeneuve, suscite des jeunes pour la relève. Nous t’en prions…

Et, fraternellement unis nous disons ensemble le NOTRE PERE, puis une dernière oraison avant la « mise au tombeau » :

 « Seigneur Jésus, avant de ressusciter, tu as reposé trois jours en terre. Et depuis ces jours-là, la tombe des hommes est devenue pour les croyants, signe d’Espérance en la Résurrection.

Au moment d’ensevelir notre sœur, nous te prions encore, toi qui est la Résurrection et la Vie, donne à notre sœur de reposer en Paix dans ce tombeau jusqu’au jour où tu la réveilleras pour qu’elle voie de ses yeux la Lumière sans déclin, pour les siècles des siècles. » AMEN

  Sœur Michèle propone que las hermanas españolas entonen el canto: «Pescador de hombres» que tanto le gustaba, recordando que Françoise en su corazón era: franco-española.

 Nos damos cita en la Casa Madre para compartir la comida y enseguida el regreso a nuestras comunidades “guardando todas estas cosas en nuestro corazón ».